martes, 10 de octubre de 2017

CARTA ABIERTA A PABLO MOTOS CON MOTIVO DEL DÍA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL:

Estimado Señor Motos;

Me llamo Damián Alcolea. Soy actor y escritor y padezco trastorno obsesivo-compulsivo desde que tengo uso de razón. 

Durante estos últimos días he presenciado con estupefacción cómo se ha tratado el trastorno obsesivo-compulsivo en muchos medios de la televisión generalista a partir de la promoción de la película TOC TOC. Pero si le escribo esta carta a usted directamente es con motivo de la entrevista que realizó la semana pasada a los actores de dicha película Paco León y Alexandra Jiménez y por el trato que indirectamente usted dio a todos los que luchamos día a día con un  trastorno que puede llegar a ser profundamente incapacitante y que afecta a alrededor de un millón de españoles. 

Como actor, soy consciente del poder del humor para distanciarnos de la realidad, reírnos de ella y así provocar cambios en nuestra sociedad. Pero creo sinceramente que el humor deja de serlo cuando al protagonista no le hace ni puñetera gracia. 

Estoy enfadado, Señor Motos. Déjeme decirle que no espero que usted tenga un conocimiento profundo acerca de todos los temas sobre los que habla (aunque sería lo ideal sinceramente) pero lo que sí espero es que los trate con respeto, que abandone esa frivolidad que en muchos casos no solo resulta cansina sino también perversa y que se documente lo suficiente al menos para saber en este caso que obsesiones y manías no son lo mismo que un TOC y que no, todos no tenemos trastorno obsesivo-compulsivo. 

A muchos este les parecerá un tema de poca relevancia, sobre todo ahora que parece que todo está dominado por un único tema. Sin embargo, hoy 10 de Octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. El día en el que activistas y asociaciones, pacientes y familiares celebran los avances sociales que resultan del trabajo de todo un año. Yo mismo llevo tres años dando conferencias y charlas en torno al TOC, compartiendo mi experiencia personal y divulgando para que la sociedad comprenda en qué consiste nuestro sufrimiento y nuestra lucha. Pues bien, déjeme decirle, Señor Motos, que en menos de cinco minutos de su programa todo ese trabajo que tantos hemos hecho parece (al menos por un momento) haber caído en saco roto. 
Así de grande es el poder que usted y su programa en prime-time tienen. Pero tan grande como su poder, como decía Spiderman, ha de ser su responsabilidad. 
Una broma desafortunada en su programa (por mucho que su intención no haya sido mala) reincide en el estereotipo que tantas y tantas personas luchamos día a día, año a año, por derribar. 

Puede haber gente que diga que le debemos estar agradecidos, Señor Motos. Al menos (desde su punto de vista) ha “hablado” del trastorno y ha ofrecido cierta visibilidad. Opino que todos ellos no podrían estar más equivocados. Y a todos esos les digo que esa visibilidad yo no la quiero. Deseo y merezco que en medios como el suyo se dé una visión de los pacientes formada y completa y que no esté dirigida mayormente a buscar un chiste fácil que acaba estando envenenado. 

Para ser justos, Señor Motos, he de decir también que usted no ha sido el único que ha tratado este tema de un modo que personalmente considero inapropiado. Resulta obvio decir que a nadie medianamente decente se le ocurriría reírse de alguien que sufre una enfermedad física incapacitante. ¿Qué nivel ético y moral puede alcanzar una sociedad cuyos medios de comunicación más populares aprovechan la plataforma que tienen para desnostar —sin ni siquiera ser conscientes de que lo hacen— a las personas que sufren una enfermedad mental, para reírse de aquellos que precisamente son más vulnerables? 

Nosotros también somos héroes, pese a lo que mucha gente pueda pensar. Puede que nuestras heridas no sangren, señor Motos, pero le aseguro que están ahí y a la mayoría nos lleva toda una vida aprender a vivir con ellas. Luchamos por ser felices y por tener una vida digna tanto como usted y el resto de la sociedad. Así que sí, somos héroes. Y merecemos respeto, el mismo respeto, empatía y sensibilidad que su espacio mostró cuando se habló del daltonismo en otro segmento del mismo programa. 

Si quiere saber de verdad qué es el TOC, le emplazo a que vea este vídeo en el que se puede entender que nosotros, mujeres y hombres que padecemos TOC, también somos héroes que luchamos cada día por seguir adelante pese a las enormes dificultades y a una sociedad que aún hoy, en muchas ocasiones, nos utiliza como objeto de mofa. 


Pues eso. Que haga uso de su responsabilidad y nos trate con respeto. No merecemos menos. Gracias.