miércoles, 10 de diciembre de 2008

He descubierto la Causa de mi Trastorno Obsesivo-Compulsivo

He pasado años echando balones fuera. Culpando con mi comportamiento rebelde a mis padres por mi trastorno. En silencio, pretendí hacerles creer que su forma de educarme era la causa principal de que yo desarrollara este desorden. Pretendí hacer creer a mi madre que su sobre-protección hacia mí, su personalidad obsesiva por la limpieza y su aferrada y supersticiosa visión de la religión católica habían tenido como resultado la aparición de esta enfermedad. Pretendí hacer creer a mi padre que su timidez al mostrar su cariño, sus exigencias hacia mí, y su rudeza y falta de tacto habían desembocado en este trastorno.

Años después, pasé a descubrir la Teoría de los Ganglios Basales. Tras estudiarla a fondo, me convencí de que la causa de esta enfermedad se encontraba en mi genética. En mi cerebro. Buen hallazgo. Y perfecta excusa. Hiciera lo que hiciera, tenía la justificación idónea para seguir enfermo, atascado, TOCado. Al menos, había dejado de culpar en silencio a mis padres, que me han educado, por otra parte, siempre de un modo entregado y amoroso, por lo que me siento realmente Afortunado y Agradecido hacia ellos. “Las evidencias sugieren que las personas con TOC tienen una deficiencia de un neurotransmisor químico que se encuentra en el cerebro llamado serotonina...” Tras notar una mejoría considerable al iniciar un tratamiento con paroxetina -un medicamento que regula la recaptación de la serotonina- esta teoría pasó a ser absolutamente ratificada por mi propia experiencia. Y yo seguía estando enfermo.

Ahora sé que el responsable de mi trastorno no fue mi educación, ni fueron mis padres. Tampoco es mi cerebro, ni ninguna defiencia neurológica. Quizá la tenga, y por eso, la paroxetina me ayuda en alguna medida. Seguramente todo lo relacionado con la serotonina sea cierto. Pero no es la causa de mi trastorno.. Ahora conozco conozco la verdad.

Y la verdad es que la causa de mi trastorno, el único responsable de mi T.O.C. soy Yo. Es duro de decir, y aún más de aceptar. Pero es la verdad. En algún momento de mi niñez, creé (por supuesto, de manera inconsciente) ese Universo (¿perfecto?) en el que todo está en orden, alineado, limpio y simétrico. Ese Universo donde no cabe el número 6, ni los números que lo contengan. Ese Universo donde yo –por alguna razón- me erigía como salvador de mis congéneres, pero también como responsable de las desgracias futuras que pudiesen ocurrir a mi alrededor. Un Universo donde lavarme las manos siete veces más significaba que a mi madre no le ocurriría nada al coger el coche o que todos llegaríamos sanos y salvos a la hora de la cena. Un Universo bastante cruel… ¿os suena a tod@s? ¿A que sí?

Ver esto fue como una especia de Iluminación Espiritual. Fue duro. Pero también liberador. Porque empezó a brotar en mí la esperanza indeleble para liberarme de las mismas cadenas que me impuse tiempo atrás. De la pesadilla que me ha mantenido cautivo durante todos estos años. Después de todo, como dice el Proverbio Chino, quien ha creado una puerta y un cerrojo, también ha hecho una llave. Al ponerme a mí mismo como responsable de mi propia realidad, de mi manera –hasta ahora- bastante patológica de ver el mundo, me pongo a mí mismo también como absoluto responsable de mi curación. Y creo que ningún medicamento, ni ningún tratamiento me pudiera conducir a una liberación absoluta sin ser capaz de ver esto.

Espero que mi humilde y personal revelación os ayude de algún modo. Y quizá os anime a discernir el grado de responsabilidad que ejercéis (inconscientemente, por supuesto) sobre vuestro t.o.c. Vuestra Responsabilidad sobre vuestro Bienestar y sobre vuestra Vida. Da vértigo ver todo esto. Pero el conocimiento nos hace libres.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Yo y las pastillas

Hola, TOCad@s,

Cómo estáis? Estoy saliendo de mi última recaída. Bueno, la verdad es que no tengo muy claro si estoy entrando o saliendo de ella, jeje. Lo cierto es que últimamente estoy más ansioso que de costumbre. La medicación que tomo desde más de un año (paroxetina) parece no hacer tanto efecto como antes y es, especialmente en estos casos, cuando me planteo si es realmente una buena idea seguir tomándola.

Cierto es que cuando empecé a tomar paroxetina (asesorado por una psiquiatra de la Seguridad Social) noté, aproximadamente a las 3 semanas del comienzo del tratamiento, una mejora increíble. Pero también es cierto que proporcionalmente a esa mejoría comencé a experimentar ciertos efectos secundarios que a veces me sacan de quicio: somnolencia extrema, insomnio, estados de tristeza injustificados, desarreglos sexuales…

Todo ello provoca que me plantee la posibilidad de acudir a la psiquiatra de nuevo para pedirle que me ayude a dejar la medicación, porque si estoy mal con respecto a mis obsesiones y compulsiones, ¿qué sentido tiene llevar encima la pesada carga de los efectos secundarios de un medicamento? La cuestión es que sabiendo de buena tinta que Paroxetina es muy eficaz (generalmente) en su función de inhibir mis obsesiones y compulsiones, tengo miedo de sufrir una recaída de forma brusca. ¿Sería capaz yo sólo, sin ayuda de las pastillas, de vencer definitivamente el t.o.c.?

lunes, 30 de junio de 2008

PODEMOS

¡FELICIDADES! España ha ganado la Eurocopa 2008 después de 44 años. El lema que Cuatro creó para animar a nuestra selección ha dado la vuelta al país y al Viejo Continente para apoyar a un grupo de futbolistas que, por primera vez en años, exhibían un juego en equipo sin estrellones y con una complicidad envidiable.

Ese lema (PODEMOS) ha unido a España con fuerza. Varias cadenas de televisión han entrevistado hoy a familiares de los jugadores que han afirmado que antes del partido, éstos mostraban su determinación por ganar el torneo.

Ésa es quizá una de las claves para ganar: determinación. Y PODEMOS la resume en una sola palabra.

Mi reflexión es que hoy PODEMOS superar el T.O.C. si mostramos esa misma determinación. El año pasado, os hice una encuesta sobre que nivel de optimismo teníais acerca de vencer el trastorno. Los resultados -como podéis ver a la derecha del blog- no fueron muy esperanzadores.

La DETERMINACIÓN por vencer TODOS LOS DÍAS nos ayudará a eliminar de nuestra vida esta enfermedad que a veces parece invencible. No hemos de olvidar nunca que siempre conquistaremos los inhóspitos territorios que nos determinemos a alcanzar, que nosotros dominamos nuestra mente (y no al revés) y que la Suerte favorece siempre a los valientes. Imaginad donde podríamos llegar si desarrolláramos el tipo de pasión que lideró ayer a los jugadores de nuestra Selección.

Así que ahora más que nunca...

PODEMOS.