miércoles, 29 de mayo de 2013

POR FIN LA PAZ (CONSEJOS PARA LA PAZ INTERIOR)


"Nada te puede traer Paz más que tú mismo."
Ralph Waldo Emerson

   El sábado por la noche volvía a casa después de ver una obra de teatro. Caminaba bajo la luz de la luna mientras buscaba una canción que escuchar en el móvil. Me encanta caminar mientras escucho música a través de mis auriculares. Saqué éstos del bolsillo de mis vaqueros y le di al play. Caminé y caminé mientras escuchaba el bellísimo tema principal de la maravillosa película "Expiación". Mientras la música penetraba en mí, yo observaba a cada persona con la que me cruzaba. La vida me rodeaba. Y yo estaba absolutamente anclado en ella. De pronto, una sensación de conmovedora satisfacción me inundó. Y me di cuenta de lo que pasaba. 
   Por fin, no había obsesiones, no tenía la necesidad de pensar en nada ni de repetir compulsivamente ningún ritual mental. Sólo estaba viviendo. Conectado con el presente. ¡Dios mío, qué paz tan maravillosa! Es un sentimiento tan desconocido para mi. Podría definirlo como un estado de conexión contigo mismo y con lo que te rodea absolutamente ausente de juicios y de miedos. 
   Tan pronto como terminaba la canción le volvía a dar al play. Observaba los tejados de las casas, la gente tomando cervezas en las terrazas, las parejas de enamorados, los "relaciones públicas" de los locales del barrio tratando de convencer a la peña de que entraran en el bar de turno... Todo me pareció tan maravilloso. Era como si durante esos minutos, por primera vez en muchos años, mi toc se hubiera tomado unas completas vacaciones. Y lo que hasta ahora había sido una sensación efímera de apenas unos segundos en alguna ocasión, se convirtió aquella noche en todo un paseo de quince minutos sin ningún tipo de obsesión ni de preocupación. 
   Éste es, sin duda, un signo inequívoco de que voy por buen camino en mi lucha por vencer el toc y en mi búsqueda de la Paz Interior.
   Me gustaría compartir con vosotros los pequeños consejos que trato de seguir para alcanzar la Paz. Son acciones muy sencillas, pero que -repetidas y convertidas en hábitos- tienen el poder de cambiar la existencia de una persona al igual que la constancia de un arroyo que fluye sobre su propio caudal tiene el poder -con el paso del tiempo- de pulir las rocas. Son recomendables para todo el mundo, aunque -qué duda cabe- de que para nosotros -los Tocados- tienen un valor añadido. 
   Obviamente, estas recomendaciones no implican dejar la terapia que estés llevando a cabo con tu psicólogo ni abandonar el tratamiento farmacológico (si ése es tu caso). Aunque por sí solas tienen un inmenso poder, son medidas complementarias a lo que ya estés haciendo con tu terapeuta. 
1* Conéctate con las maravillas de la naturaleza, aunque sea en un parque cercano en tu ciudad. Observa la inconmensurable belleza de un simple árbol.
2* Conéctate con la humanidad de la gente a tu alrededor. Trata de observarles sin juicios. Están tan perdidos como tú. Y también son capaces, como tú, de las más grandes hazañas. 
3* Intenta meditar de vez en cuando. En un rincón tranquilo que consideres especial (o apropiado) de tu propio hogar. Puedes encender una vela y poner a quemar algo de incienso. Cierra los ojos y respira conectando contigo mismo, tratando de dejar que los pensamientos pasen como si fueran nubes tras las que se esconde el firmamento más bello y tranquilo que has presenciado jamás. 
4* Trata de parar en tu día a día regularmente para dedicar unos instantes a respirar profundamente. Si puedes además, cierra los ojos. Si no, respira mientras observas las maravillas del Universo a tu alrededor. Aunque el sitio donde vivas no sea el paraíso, hay pequeños milagros por descubrir muy cerca de ti. Una flor abriéndose, un pájaro polinizándola, un cielo azul o una brillante estrella.
5* Tómate "vacaciones conscientes" de tus preocupaciones. De vez en cuando, negocia contigo mismo espacios libres de obsesiones, preocupaciones y miedos, como los espacios libres de humos en los aeropuertos hace unos años. Eso no quiere decir que no seas consciente de que están ahí, pero es como si les dijeras: "Durante este rato -que puede ser para empezar un sólo minuto para después ir subiendo paulatinamente- os voy a dejar fuera de mi mente porque este minuto es para mí. Y sólo para mí. Si no me molestáis durante este minuto, cuando acabe volveré a vosotras." Lo cierto es que cuando tomas estas "minivacaciones" y vuelves a tus obsesiones, no suelen ser tan fuertes como cuando las dejaste y -con el tiempo y la práctica constante- tienden a debilitarse y a aparecer cada vez más espaciadamente. 
6* Escribe sobre tu proceso, sobre tus preocupaciones y obsesiones. A menudo, escribir sobre ello, nos ayuda a ver lo irracionales que son nuestras obsesiones en la mayoría de los casos y nos hace ser más fuertes la próxima vez que llamen a la puerta para no salir a abrir. Puede ser un diario personal, un blog, un cuaderno de notas, hojas de papel sueltas o servilletas. Puedes escribir y después tirarlo. Pero te recomiendo guardar lo que escribas, pues podría serte de gran ayuda en el futuro. Cuando he tenido épocas malas recientemente, me ha ayudado releer entradas antiguas de mi blog y he podido, así, apreciar y celebrar mi evolución aún cuando no estaba en mis mejores días. 
   Eso es todo por hoy. Espero que os sirva y hayáis disfrutado los vídeos que hay enlazados. 
Por favor, escribid en comentarios si hay alguna medida que sigáis vosotros en vuestra búsqueda de la Paz Interior, sobre todo si no está en esta lista. Puede ayudar a otros. 
   Gracias y Paz para todos.


miércoles, 22 de mayo de 2013

UNA BUENA PERSONA

"No conozco la clave del éxito pero sé que la clave 
del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo."
Woody Allen
   Estas últimas semanas, hemos estado trabajando en las sesiones con mi psicóloga en mi concepto sobre lo que significa ser una buena persona y las creencias (erróneas) que tengo al respecto. 
Hemos descubierto que mi noción de lo que supone ser una buena persona es imposible de alcanzar (al menos sin causarme daño a mi mismo) y que poseo (como poco) un par de creencias erróneas -sostenidas a su vez por ese concepto- en las que mi trastorno obsesivo-compulsivo se justifica para actuar en la mayoría de las ocasiones.
Así que conocer esta información, cuestionarla y reformularla es primordial en mi caso. 
   Una de esas "creencias erróneas" es que, para considerarme buena persona y que la culpa (y la ansiedad que la sigue) no me devore por dentro, "tengo que hacer feliz siempre a mis seres queridos" (entiéndase por "seres queridos" principalmente a mi familia). 
La segunda creencia es que "tengo que evitarles siempre cualquier dolor o malestar".
Como dijo mi psicóloga, no hay nada patológico en estas creencias en sí mismas. Es normal que queramos hacer felices a nuestros seres queridos y evitarles malestar, disgusto o dolor. 
El problema viene con el enfoque, en este caso reflejado por la palabra siempre. No es posible hacer siempre felices a los demás. No es posible evitarles el dolor por el que -por suerte o por desgracia- todos nos topamos en algún momento de nuestra existencia. O, al menos, no es posible evitárselo siempre
   Me he dado cuenta de que esto es una fuente de gran frustración para mi. Y uno de los pilares más fuertes de mi toc. Mi concepto de lo que supone ser una buena persona. Pues a veces, para agradar a los demás y así, alcanzar mis estándares de "buena persona", siento que me tengo que traicionar a mí mismo. En mi día a día, no haciendo cosas que realmente deseo, no diciendo lo que realmente siento o haciendo algo que realmente no me apetece hacer. Y en la intimidad de mi toc, cediendo una y otra vez a mis compulsiones para no sentir la insoportable ansiedad y culpa resultantes de esas creencias.
   Esto me ha llevado a investigar sobre qué supone ser una buena persona en realidad. Si pienso en buenas personas "míticas" como la Madre Teresa o Gandhi, me doy cuenta ahora de que para ser quien fueron y hacer lo que creían que debían hacer, desagradaron y confrontaron a mucha gente. Se escucharon a sí mismos y fueron lo suficientemente valientes como para obrar en consecuencia.
      Cuando pienso en gente que considero buenas personas en mi vida, me doy cuenta ahora de que no son perfectos, no agradan constantemente a los demás ni dicen siempre la palabra correcta. 
En definitiva, son humanos. Y no por ello dejan de ser "buenas personas". 
   En mi investigación sobre lo que supone ser una "buena persona" me topé con una definición en la web (cuya autoría desconozco) que me pareció acertadísima y que quiero compartir con todos vosotros: "Si uno tiene el coraje de ser quien es, con sus virtudes y defectos; si uno se decide a ser honesto con sus deseos más profundos, vivirlos y defenderlos, entendiendo que uno es uno más en un mundo lleno de gente; si uno tiene la humildad de decir "no sé" cuando no sabe, entendiendo que nadie nace sabiendo todo y que hay todo por aprender, eso es ser bueno (al menos con uno mismo)."
Y yo estoy seguro, de que eso es ser bueno también con los demás. Al menos, eso creo.

pd: como regalito a mis seguidores, comparto este vídeo inspirador que tiene que ver con mi entrada de hoy. Se llama "The Kindness Boomerang" y espero que -como mínimo- os saque una sonrisa.